RINCONES Y MIRADORES

Miradores

Miradores de fuera para adentro y de adentro hacia afuera. Es decir: lugares estratégicos situados a las afueras del casco urbano para disfrutar de vistas de este pueblo «color pan» (como diría el poeta) colgados  a lomos de una robusta peña, o bien, miradores construidos en el propio casco antiguo donde te puedas quedar sin aliento al comprobar la belleza que nos rodea.

Miradores a las afueras

  • Peña Nueva desde Los Cabezuelos.
  • Peña Nueva desde La Huerta.
  • Peña Nueva desde Mirador P. Blancos (cruce ctra. Junta de los Ríos).
  • Peña Nueva desde ctra. de la Junta de los Ríos Peña Nueva desde ctra. de Algar, Peña Nueva-Vieja desde ctra. del Romeral, Peña Vieja desde ctra. del Bosque, Peña Vieja desde El Santiscal, Peña Vieja desde La Presa del río, Peña Vieja desde Camino de las Nieves

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Miradores Arcos de la Frontera

Miradores dentro del Casco Antiguo

  • Mirador Plaza del Cabildo:

Desde este espacio, además de contemplar la imponente arquitectura de la Basílica Menor y la Plaza del Cabildo, nos permite una visualización del Valle medio del Guadalete con sus huertas y tierras de labor, así como de la Sierra de Dos Hermanas, la Sierra de la Sal y enclaves, como Medina Sidonia.

  • Mirador de Abades:

Desde aquí se contempla el discurrir del río Guadalete por una de las zonas más significativas del casco urbano, como es el Barrio Bajo o de Mª Auxiliadora y su imponente Puente de Hierro, llamado de San Miguel.

  • Mirador de San Agustín:

su elevada altura permite contemplar uno de los meandros del río Guadalete y las sierras de Barranco y de Bornos, pudiéndose ver desde aquí parte del recinto amurallado de la ciudad (Torre de San Antón). La Angostura, el Embalse de Arcos e incluso Villamartín.

  • Mirador de la Peña Vieja:

Su ubicación, en una cota inferior al mirador de San Agustín, permite una vista del caserío de Arcos de la Frontera y su particular adaptación a las características topográficas del enclave, que configuran un callejero laberíntico y empinado donde sobresalen las arquitecturas de la iglesia de San Pedro, San Agustín, Santa María y el castillo.

Patios

patios Arcos de la Frontera
  • Patio de Parador de Turismo: Patio interior con arcadas, fuente, brocal de pozo y plantas autóctonas
  • Patios de Mayorazgo: Los patios del Palacio del Mayorazgo tienen un origen andalusí. Son dos patios interiores con arcadas de medio punto; uno de ellos está prácticamente en la entrada principal y el otro es de carácter más íntimo
  • Patios particulares: Muchas de las casas del Casco Antiguo de Arcos y alrededores cuentan con patio interior, un espacio común en la arquitectura popular de Andalucía, colorido, lleno de plantas autóctonas y con pozos de agua fresca y cristalina.

Jardín Andalusí

El Jardín Andalusí es consecuencia de una reforma realizada a inicios de este siglo XXI en la parte trasera de la Casa Palacio del Mayorazgo, que correspondía a las caballerizas y lugar de recreo. En este espacio se funden dos elementos que son indispensables en la cultura andalusí y en la nuestra propia, como son el agua y la flora, que unidos al entorno en el que se ubica, nos traslada a tiempos pasados.

HORARIO DE VISITAS:

De martes a viernes: 9:00 a 13:30 h / 18.00 a 21.0h

Sábados y domingos: 11.00 a 14.00 h

Lunes y festivos cerrado

Información: Delegación de Cultura: Tlf: 956 70 30 13 / cultura@arcosdelafrontera.es

 

PLAZAS Y PLAZUELAS

  • Plaza del Cabildo:

El ejército francés, antes de macharse en 1812, desmanteló la plaza casi por completo, desapareciendo edificios como la Casa Palacio de los Gamaza (que ocupaba el lugar donde hoy en día se asienta el Parador), la Casa de los Escribanos, así como la estructura porticada. En 1838 se ordena la estructuración de una nueva plaza concluyendo las obras en 1847.

Una buena parte de la Historia de Arcos transcurrió en torno a esta Plaza donde se adiestraron soldados y jinetes, jugaron los nobles, se lidiaron toros, se celebraron autos sacramentales, se establecieron mercados mañaneros, veladas de la patrona, etc. A partir de 1608, se inicia en ella la vida civil y alrededor de ella se van construyendo casas. En esta plaza se encuentra la Basílica Menor de Santa María, el Ayuntamiento y el Parador de Turismo.

  • Plaza de Boticas:

En ella se encuentra la inacabada Iglesia de los padres jesuitas, edificio que se inició en 1759 aunque ocho años más tarde, la expulsión de éstos la dejó a medio acabar.

  • Plaza del Cananeo:

Fue escenario de Autos Sacramentales, en ella observamos una casa coronada por una cruz de malta. Esta pequeña plaza conserva aún la solera del viejo Arcos.

CALLEJONES, CALLES Y CALLEJAS

Para González-Ruano suponen un muestrario antológico de toda Andalucía, es por eso que pasear por la parte antigua de la ciudad requiere su tiempo; en ellas conviven barrios de siglos diversos, rincones árabes y judíos se mezclan con otros renacentistas, dieciochescos, románticos,…

Hay también, como nos recordaran los hermanos de Las Cuevas “un trozo intangible del S. XVI y XVII envuelto en silencio…”. Es el Arcos de lo caballeros, el de las grandes y blasonadas casas, “sacadas de cimientos y labradas. Visitarlo, comprender la hidalguía, nobleza notoria, cultivada y volcada a raudales, lo merecido de los escudos que presiden las fachadas»

Algunas de las calles por las que merece la pena perderse:

Cuesta de Belén (antigua puerta de jerez):

Le viene su nombre por la imagen de una virgen ojival del S. XV, que estuvo ubicada en una hornacina en la cara interior de la derruida Puerta de Jerez. En esta calle, cercana al Hospital de San Juan de Dios, existió una de las tres puertas de acceso a la ciudad, databa de época musulmana y contaba con tres arcos, fortificación de doble muro, barbacana, foso y puente levadizo. En el dintel, el escudo de armas de Arcos (hoy en la portada del Ayuntamiento). En1852, se derribó bajo el pretexto de que interrumpía la línea de una tortuosa calle; algunos artistas fueron testigos de su demolición (Madrazo, Parcerissa), calificándolo -no es para menos – de hecho vandálico.

Calle Nueva:

Fue el antiguo foso del Castillo hasta que en 1755, el terremoto de Lisboa derribó la muralla norte, lo que dio origen a la formación de esta calle. El arco de entrada de esta calle se levantó en 1684. De hondo sabor poético: en ella nació el reconocido grupo poético “Alcaraván” en 1949.

Callejón de las Monjas:

Profundo callejón abierto entre el Convento de la Encarnación y la espalda de la Basílica Menor de Santa María

Calle Maldonado:

Pintoresca  calle salpicada con casas señoriales

Cuesta del Socorro:

Llamada así, por la existencia de una ermita bajo la advocación de la Virgen del Socorro, hoy desaparecida. Es una pintoresca y empinada cuesta que nos guarda sorpresas tan pintorescas como el balcón que da la vuelta a la esquina, frente a la calle Cadenas. Por ella llegaréis como lo hizo Pío Baroja a “callecitas solitarias de casas blancas con rejas”….”

Calle Juan de cuenca.

Popularmente llamada calle de los jazmines, con una mansión blasonada que perteneció a Juan de Cuenca Farfán de los Godos, más abajo, el primitivo solar de los Marqueses de Torresoto donde se realizaba una de las tres grandes tertulias de Arcos de 1861. A continuación un hermoso azulejo de S. José del S. XVIII.).

Calle Cadenas:

A la calle Cadenas la nombraron así por las cadenas que le pusieron al portal de la casa de los Yuste de la Torre como recuerdo de la visita y estancia de Sancho IV.

Calle Cuna:

Se llama así por estar en ella la entrada de la fundación de niños expósitos. En esta calle se asentó el viejo pósito instaurado por los Reyes Católicos. Fue elegida por M. Utrillo para ser reproducida en  el “Pueblo Español” de Barcelona.

Calle Callejas:

Calle serpenteante que baja o sube (según se mire) hacia la Puerta de Matrera.

Y un sin fin de calles, callecitas, cuestas como: piedra del Molino,  Altozano, San Juan,  Cuesta de las Monjas… que guardan toda la esencia de este pueblo de altura.